viernes, 12 de septiembre de 2014

Ojalá estuviera aquí. Ni frío ni calor

Qué poco me agrada tener la sensación de que una película me ha dejado indiferente y más, cuando después de "reposarla" unos días, vas encontrando más argumentos para pensar que efectivamente has visto una película mediocre.

Nada más salir de la sala, la interesante premisa planteada por Zach Braff en su nueva película, fue suficiente para decantarme por una buena valoración. Ni mucho menos para una estimación excelente pero tampoco para catalogar  "Ojalá estuviera aquí" como una película olvidable y pasajera. 

Su anterior trabajo, "Algo en común", nos había dejado un buen sabor de boca y su carácter al más puro estilo de cine americano independiente, nos había cautivado tanto por su inteligente guión como por estilo nada convencional. Viendo el trailer e incluso el cartel de su nuevo proyecto, todo apuntaba a que íbamos a encontrarnos un producto de similares características, pero no ha sido así.

En esta ocasión la trama gira en torno a un padre de familia que se encuentra al borde de una crisis existencial por diferentes motivos. Sin trabajo y sin mucha esperanza de encontrarlo, con una complicada situación financiera, un padre enfermo y un hermano completamente desligado de la familia, se verá obligado a realizar algunos cambios que mejoren su vida. 

Esta sinopsis que nos desvela a priori un auténtico drama familiar, en la práctica no lo es tanto. Si bien es verdad que no faltan algunas escenas emotivas de lágrima fácil, la tónica general del metraje nos lleva más a tener una visión desenfadada de los problemas. Esta visión que puede resultar idónea en algunos momentos, en otros, nos aleja totalmente de la realidad de los personajes y nos hace más difícil empatizar con ellos. 

No faltan en la historia alusiones o referencias a la vida personal del propio director estadounidense, quien además firma el guión y protagoniza la trama. Su pertenencia a la comunidad judía y su animadversión desde que era un niño por la escuela pública, se reflejan muy nítidamente en "Ojalá estuviera aquí". 

Sin duda alguna, lo mejor de la película es su carácter bienintencionado, su inocencia, su fácil visionado y una banda sonora que, a diferencia del resto de ítems, si podríamos catalogar como indie. También existe una buena labor actoral por la mayoría del elenco y se agradecen y mucho, interpretaciones como la de Mandy Patinkin, a quien siempre recordaremos por su papel de Saul Berenson en la exitosa serie "Homeland". Además, como paso con su ópera prima, Braff vuelve a contar con el polifacético Jim Parsons, famosísimo también por interpretar a Sheldon en la serie "The big bang theory".


A día de hoy, la balanza está equilibrada y tendremos que esperar al próximo proyecto de este director para valorar hacia qué lado se inclina definitivamente. 

Aquí os dejamos el trailer y la ficha técnica:
Dirección: Zach Braff
Guión: Adam J. Braff, Zach Braff
Intérpretes: Zach Braff, Josh Gad, Kate Hudson, Jim Parsons, Joey King, Ashley Greene, Mandy Patinkin, James Avery
Duración: 110 min
Año: 2014
País: Estados Unidos


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