miércoles, 22 de octubre de 2014

La jungla interior. Cine experimental no apto para todos los públicos

Juan Barrero ha estrenado este fin de semana un film experimental de autor premiado en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, en la sección Nuevas Olas, y en el Festival l'Alternativa en la sección Panorama, en el que un viaje a la selva tropical es la excusa ideal para desarrollar la relación entre dos jóvenes que advierten las primeras diferencias de opiniones sobre la vida en pareja.

"La jungla interior", ópera prima del director salmantino, navega entre una antagónica presentación de conceptos. Por un lado, aborda el documental experimental y, por otro, la vivencia intensa y biográfica de una mujer que siente, vive y ama: Gala (Gala Pérez).

Cabe señalar que en 2008, Juan Barrero fue contratado por National Geographic para dirigir un documental sobre Costa Rica. Parece ser que la contemplación de la Madre Naturaleza por su parte, salvaje y distante, cercana y angustiosa a la vez, transformó profundamente la percepción de la mirada de su cámara y fue éste cambio, el germen de este largometraje.

Los actores (Gala Pérez, Enriqueta White y Luz Barrero) comparten protagonismo con el mismo espectador ya que desde la butaca, tu mismo te sientes increpado por una cámara subjetiva que te hace partícipe del quehacer de los protagonistas. Asimismo, una voz en off plantea una serie de condicionantes que te hacen reflexionar y se presentan una serie de objeciones que, sin lugar a dudas, nos llevan a pensar en nuestra manera de abordar las decisiones.

El film tiene algo de pedagógico o, como mínimo, nos sorprende con alguna de las preguntas que realiza, incluyéndonos a cada uno de nosotros en la narrativa del film. Todo aquello que le gusta a Gala se nos presenta para admiración o rechazo del que se atreve a inmiscuirse en sus intimidades, sin tapujos, en una hipnótica y reflexiva aportación sobre su pareja, su cuerpo, su sexualidad y su memoria.


Parece que el atrevimiento a mirar el film implica una intromisión en su vida íntima. Como dice el director: trataba precisamente de construir un puzzle con mi propia piel. Escribía cicatrices con forma de imágenes y sonidos. De hecho, estas imágenes, variopintas y coloridas de una selva tropical, son otro de los recursos que se utilizan y que además se entremezclan con la semana santa de un pueblo de la España profunda.

Como si de un anuncio con intención subliminal se tratara, el film consigue no dejarte indiferente. Es cierto que al principio parece muy pesado, sin sentido e incluso extraño y poco atractivo pero una vez entendida la intención del autor: un viaje al interior de la relación de pareja, podemos relajarnos y dejarnos llevar por la poética de todo aquello que se nos presenta. Sin bien es verdad que cuesta bastante entrar durante los primeros quince minutos, la paciencia tiene recompensa y finalmente, nos ha encantado poder ver este atrevido relato de la intimidad femenina.

Aunque no recomendable para todos los públicos, no deberían dejar de verla aquellos que pretendan adentrarse en un ejercicio de cine sin tapujos que incluye un sublime mensaje: la naturaleza sigue su curso. Atrevámonos a visitar nuestra jungla particular.

Sergi Sanmartí

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