martes, 23 de diciembre de 2014

Frío en julio. Thriller indie a lo Pulp Fiction

El director Jim Mickle presenta el próximo día 1 de enero "Frío en julio", un thriller indie repleto de violencia que transmite un mensaje contundente y que plantea un cierto debate sobre la condición humana: si las autoridades competentes ocultan información a los ciudadanos y se ven envueltas en casos de corrupción, ¿debemos ser nosotros mismos los que descubramos la verdad y tomarnos la justicia por nuestra mano? 

Bajo esta premisa, Mickle presenta su cuarto proyecto tras su aclamada "We are what we are" (2013) y su terrorífica "Vampiros del Hampa" (2010), ambas enmarcadas en atmósferas oscuras y pesimistas y de aspecto sombrío como la protagonista de este post.

Basada en la novela homónima de Joe R. Lansdale, su director fue galardonado con el Premio a Mejor Director en la Sección Oficial Fantástico Órbita del pasado Festival Internacional de Sitges y la historia tuvo también un lugar privilegiado en el Festival de nuevos autores anónimos de Sundance.

Texas. 1989. El matrimonio Dane recibe una noche la visita de un conocido ladrón de la zona: Freddy Russell. El padre de familia, Richard (Michael C.Hall), despierta del sueño y tras sumergirse en la oscuridad en busca del delincuente, sin pensárselo dos veces, lo abate de un disparo esparciendo su sangre por todo el comedor. No podemos evitar en este momento recordar por su similitud, el exitoso personaje que durante años ha estado asociado a este fantástico actor: el protagonista de la magnífica serie "Dexter".  

Las cosas se complican cuando aparece en escena el padre del furtivo ladrón asesinado (Sam Shepard), que llega a la ciudad dispuesto a vengar la muerte de su hijo. Pero lo que parecía un simple caso cerrado de asesinato en defensa propia, se convierte en una investigación al margen de la ley cuando Dane descubre que el hombre al que mató no era realmente el hijo de Russel. Ambos deciden entonces unir sus fuerzas junto con Jim Bob (Don Johnson), un veterano de la guerra de Corea, con el fin de descubrir a quién ha matado Dane en realidad, dónde está el hijo de Russel y quién les está manipulando en el marco de una trama de violencia y corrupción.  

Así, estos tres "rangers" se adentran, pintados con colores de guerra, en la boca del lobo y acaban descubriendo un secreto terrible, más oscuro y peligroso de lo que ninguno de ellos podría haber imaginado....


Los protagonistas deciden tomarse la justicia por la mano en una sociedad donde se oculta todo tipo de barbaridades, corrupción y manipulación. Cuando esto ocurre, ¿sólo nos queda ajustar cuentas con nuestros propios medios? Pero a cambio de qué. ¿Quizás de nuestra propia perdición? ¿Cómo las personas pueden llegar a cometer estupideces para huir de su languidecimiento, de su aburrimiento, de su desesperación? ¿Quizás es la condición humana la que busca convertirse en lo que no es?

La propuesta es muy atrevida ya que presenta varios giros argumentales que sorprenden por su carácter arriesgado y diverso. Sin embargo, cada vez que cambia la trama se convierte en una sinrazón demasiado descarada. ¡Sí!, durante todo el film se nos van presentando giros inesperados que no siempre agradecemos, ya que en mi opinión, a medida que avanza la historia, el guión pierde interés en pro de una acción desmesurada sin razón.


La película arranca como un thriller de suspense, continua pasando por un drama con aires cómicos de cine negro y acaba convirtiéndose en una pulp fiction donde ya no importa lo que se mata con tal de que todo muera. Si bien es verdad que es una película entretenida y como tal realmente me ha gustado, tengo que decir que es una lástima esa pérdida de credibilidad en un momento dado de la historia. La violencia gratuita sin mucho sentido hace que pierda fuerza el interesante planteamiento inicial.

Me han sorprendido gratamente los tres actores protagonistas. Es cautivador ver cómo Michael C.Hall se ve envuelto desde el inicio en una espiral de violencia donde la obsesión, la monotonía de su día a día y la falta de comunicación con su mujer, nos desgranan en qué se puede convertir un individuo sin rumbo que buscar llenar su vacío con acciones agresivas y desenfrenadas.

Cabe destacar también el papel de Don Johnson que denota una mejora en su interpretación potenciada a lo largo de los años. No perdáis detalle de la escena en la que aparece por la puerta ataviado con su gorro y atuendo texano.

También nos ha resultado curioso el extraño papel que representan las mujeres durante la película: todas ellas son secundarias, con muy poco protagonismo y sin aportaciones en la trama. De hecho, las encontramos en papeles controvertidos y un poco estereotipados. Esperemos que sólo se trate de coincidencia argumental.

Cautivan por otro lado la fotografía ochentera y su juego de luces, así como los aparatos y artilugios de la época (VHS, teléfonos, etc.) que nos hacen revivir gratos recuerdos.

Si quieren disfrutar de un cine entretenido sin ninguna intención más, os la aconsejo. Absteneros aquellos que busquéis profunda reflexión o crecimiento personal.

Sergi Sanmartí.

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