El director argentino José Skaf presentó en el pasado Festival de Cine de Sitges su ópera prima "Vulcania", un drama/thriller con toques de ciencia ficción que plantea diferentes incógnitas y en el que, a través de pistas y señales subliminales, el espectador se adentra completamente en la trama contada.
La historia parte de una extraña comunidad situada en un lugar y tiempo indeterminado, que vive pendiente de su forja de metal y cuyas fronteras son un lugar prohibido para todos sus integrantes. Sus habitantes viven en un ambiente claustrofóbico de control, con cartillas de racionamiento y un estricto sentido del deber arraigado en todas las familias. En palabras del director: "una comunidad donde las necesidades básicas están cubiertas y donde las tareas y costumbres diarias no dan la posibilidad de plantearse nada más allá de la realidad que viven sus protagonistas".
Diego Soto, a quién Skaf conoció cuando trabajaba en el canal de cine clásico TCM, firma junto con el propio director un guión basado en el concepto del miedo como elemento principal de supresión por parte de los líderes para controlar a los habitantes.
Jonás (Miquel Fernández) y Marta (Aura Garrido) han perdido sendas parejas en un trágico accidente. Todas las personas de su alrededor les aconsejan que "el trabajo y el esfuerzo en la fábrica curarán las heridas" pero para ellos, el tiempo no hace otra cosa que impedir que esa herida abierta cicatrice. Ambos trabajan en la fundición y, bajo el dominio de dos familias que controlan toda la organización a cambio de "trabajo y refugio", empiezan a plantearse la vida que les rodea y el status quo que les tiene sometidos. Es entonces cuando Jonás, empieza a buscar con todas sus fuerzas la verdad oculta en el régimen imperante.
Me ha gustado cómo se presenta la temática, variada y de rabiosa actualidad, que nos introduce en la "magia de lo cotidiano". Si bien es verdad que la trama del mundo distópico, donde el gobierno tiene al pueblo oprimido de una manera u otra, está quizá demasiado repetida en sagas adolescentes contemporáneas como "El corredor del laberinto" o "Los juegos del hambre", en esta ocasión, los personajes no son jóvenes adolescentes y puede que en ese sentido la acogida de la película tenga un público más variado.
Inevitablemente, recordamos también dentro de esta temática, películas impresionantes que dibujaron sociedades controladas por un poder que niega la educación, la lectura y la posibilidad de mejorar desde la igualdad y el libre albedrío, como "Gattaca" de Andrew Niccol (1997) o el clásico de Truffaut, "Fahrenheit 451" (1966).
Muy interesante me ha parecido también la reflexión que genera sobre las motivaciones de las personas. Si por ejemplo te pidieran que confeccionaras un listado sobre las cosas que te aportan felicidad, ¿te costaría escribir un orden de preferencia? Me dedico a la docencia desde hace ya muchos años y cada vez más, todos los indicadores manifiestan que los alumnos están centrados en motivadores extrínsecos.
Según la Pirámide de Necesidades de Maslow, sólo cuando tenemos las necesidades básicas cubiertas estamos preparados para cubrir las siguientes pero, ¿qué pasa cuando hace años que las tenemos cubiertas y no nos dejan explorar y salir de nuestra zona de confort para avanzar? En ese sentido, te invito a investigar con Jonás los secretos más oscuros de su comunidad.
Además, el elenco actoral no puede ser más atractivo. Junto a Miquel y Aura, podemos disfrutar también entre otros de Rubén Ochandiano, Jaime Olías, Silvia Abril, Ana Wagener o el gran Pepe Sacristán.
Una película que llegará a nuestras carteleras el próximo mes de febrero y con la que, sin duda alguna, pasarás un buen rato. Una historia que sobre todo atrae por la sencilla atmósfera en la que todo está orquestado y mediante la cual, te sumerges en la película casi sin darte cuenta avanzando con los personajes hacia un final, aunque predecible, completo y muy digno. Como dijo Ginés García Millán (Adam en la cinta) en el marco del Festival: "es un film muy sugerente, muy potente y que está contado de una manera muy elegante". Enchanté!
Sergi Sanmartí (@Horadelsdaus)
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